El loto de las plantas nos ha robado el corazón. Con él no solo te divertirás descubriendo las plantas de nuestro entorno, sino que te enamorarás de su diseño e ilustraciones.

¿Qué lo hace especial?

Hemos pensado y diseñado este juego para conocer de una manera más visual las 15 plantas que salen en él. Nos encantaría ver como luego salís al campo y podéis identificarlas fácilmente.

A diferencia del resto de juegos, el Loto puede ser jugado por una única persona, aunque compartir una tarde con amigos jugando es diversión asegurada.

¿Qué encontrarás?

Dentro de la caja encontarás 4 preciosos tableros y 32 fichas que corresponden a las plantas de las ilustraciones.

Además, verás una bolsita de tela y las instrucciones.

¿Cómo se juega?

¡Hay hasta 4 formas de jugar! Os contamos las 2 principales a continuación y más abajo 2 alternativas por si queréis seguir experimentando.

1º manera de jugar. “Loto de imágenes”

INICIO:

Cada jugador elige un tablero y lo coloca delante suyo sobre la mesa, boca arriba. Si hay tres jugadores, se pone aparte el tablero restante, así como las

cartas de las plantas correspondientes. En las partidas con dos jugadores, cada jugador recibe dos tablero. Barajad las cartas de plantas y exponedlas sobre la mesa, boca abajo.

DESARROLLO DEL JUEGO:

Se selecciona una ficha al azar y el jugador que acierte antes, de que planta se trata, empieza. Pone boca arriba una carta y dice en voz alta de qué planta se trata. El jugador que encuentra esta planta en su tablero levanta la mano y recibe la carta. Coloca la carta en la casilla correspondiente de su tablero. A continuación, es el turno del siguiente jugador en el sentido de las agujas del reloj.

Gana la partida el primero en cubrir todas las casillas de su tablero.

2º manera de jugar. “Loto Memoria”

INICIO: 

Cada jugador elige un tablero y lo coloca delante suyo sobre la mesa, boca arriba. Con las ilustraciones hacia arriba o para mayor dificultad los nombres de las plantas boca arriba. 

Si no hay 4 jugadores, los tableros restantes, así como las cartas de plantas correspondientes se dejan aparte. Se dejan las fichas de las plantas boca abajo encima de la mesa. 

DESARROLLO DEL JUEGO: 

Todos los jugadores miran atentamente su tablero e intentan memorizar las plantas que tienen. Después, se cubren los tableros para no poder ver las plantas que hay. 

El jugador al que le toca el turno pone boca arriba una ficha y dice en voz alta de qué planta se trata, si no sabe de que planta se trata, la vuelve a dejar boca abajo y cede su turno al siguiente jugador. Cuando un jugador levanta la ficha y dice en voz alta el nombre de la planta, el jugador que crea que esa planta se encuentra en su tablero levanta la mano y recibe la ficha y la coloca al lado de su tablero. El primero en levantar la mano es quien la recibe. 

A continuación, es el turno del siguiente jugador en el sentido de las agujas del reloj. 

Tan pronto como un jugador haya reunido ocho fichas de plantas, puede poner boca arriba su tablero. Si todas las plantas se corresponden con las que se hallan en su tablero, ha ganado la partida. Si no se corresponden, deja las fichas equivocadas otra vez boca abajo, en el centro y se continúa jugando hasta que otro jugador tenga ocho animales, etc. 

¡Y aquí la variante Exprés!

Si prefieres una partida más inquieta, todos los jugadores pueden jugar simultáneamente. 

Después de que se hayan cubierto los tableros, todos los jugadores miran simultáneamente las cartas que se encuentran en el centro de la mesa. 

Si alguien encuentra una planta que se corresponde con el propio tablero, la coge rápidamente. En el caso de que un jugador piense que ha encontrado las ocho plantas, debe decir “¡Alto!”. 

A continuación, se verifica si el jugador ha encontrado realmente las plantas que le corresponden. Si una ficha no se corresponde con el tablero, se pone de nuevo en el centro de la mesa. Ganará el jugador que complete primero su tablero con todas las plantas correctas.

Seguridad del producto

• No apto para niños menores de 36 meses.
• Utilícese bajo la vigilancia directa de un adulto.